viernes, 16 de enero de 2009

“Algunas recetas para superar la crisis económica”

Cuando era un chaval, su abuelo le dio tres consejos para triunfar en la vida: “estudia mucho, trabaja duro… y mantente lejos de los políticos”. Le hizo caso hasta que un día, tras un partido de tenis, su compañero de dobles le propuso entrar en política. El compañero de tenis era George Bush y el que relata la historia es James Baker.
Aunque es por todos conocido, para aquellos con peor memoria, apuntaremos que Baker fue jefe de gabinete del Presidente de Estados Unidos y posteriormente Secretario del Tesoro y Secretario del Departamento de Estado. El hecho de haber llevado la agenda de la Sala Oval, las riendas de la economía y de la política exterior de la primera potencia del mundo, le confieren una especial autoridad.
Hace unos días participó en un desayuno en la Harvard Kennedy School, la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard. Allí, en un ambiente relajado y distendido dio algunas de sus claves para afrontar la crisis:

1. No caigas en la tentación demagógica de impedir ni poner trabas al libre comercio. En los momentos malos, es una opción que pueden apuntar algunos, pero en la historia y la teoría económica el análisis de los ganadores ha sido siempre superior del de los perdedores.
2. No incrementes en este momento los impuestos. La necesidad de equilibrar la balanza pública, en un momento de mayor gasto social puede sugerir aumentar la presión fiscal en las familias y las empresas, pero sería una forma de estrangular el consumo y la inversión cuando mas falta hacen. La necesidad de tener que acometer algunas promesas electorales y la presión de aquellos grupos que apoyaron la elección puede hacer mas complicado esta medida, pero es necesario mantener los incentivos de gasto de los consumidores
3. Inyecta al mercado toda la liquidez que puedas. No importa la cantidad, aunque acumulada sea una cifra importante. En este momento de crisis brutal de confianza el mercado necesita dinero y el Estado es la principal fuente.
4. No te preocupes ahora por la inflación. Como todos los macroeconomistas saben será una consecuencia lógica pero en este momento es un mal menor para el conjunto del mercado.
5. Coordínate con las autoridades de las otras potencias mundiales. La globalización es un hecho y en el momento de la recesión urge que las autoridades monetarias de las principales fuerzas estén coordinadas, apoyando mutuamente medidas y usando buenas prácticas que estén funcionando bien en otras partes del planeta.
6. Huye del espejismo de que la solución está en una excesiva regulación. El efecto pendular de estas medidas y el claro fracaso de la excesiva liberalización de los mercados trae a la agenda que el remedio de todos los problemas estará en una mayor intervención y en un Estado mas potente, pero ha costado mucho tiempo y han sido evidentes los beneficios de no tener una excesiva regulación.
7. Invierte en infraestructuras: es el mejor estimulo para la economía.

Ah, por cierto… Baker nunca aceptó un regalo. Hace unas semanas, en el curso sobre el mercado y sus fallos en la Escuela de Gobierno americana aludida, al finalizar la discusión de un caso sobre la crisis de las hipotecas basura, un alumno sorprendido por la ausencia del tema preguntó por las implicaciones éticas del asunto. Pero esto daría para otra carta a los Reyes Magos.

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