martes, 31 de agosto de 2010

Articulo sobre Evaluacion de Politicas Publicas en Expansion

Evaluación de la gestión pública en la crisis: ¿transparencia, eficacia o necesidad?, de Antonio Núñez y María Juliani en Expansión
a fondo

En 2009, el déficit público ascendió al 11,4% del PIB y, según las previsiones del Gobierno, en 2010 la deuda de España será del 62,5% del PIB. La existencia de unos recursos escasos y una creciente demanda de prestaciones sociales, junto con la actual situación de crisis económica generalizada, hacen necesario, más que nunca, evaluar los programas públicos para optimizar sus resultados, así como controlar y racionalizar el gasto público. Esto es lo que persiguen los denominados Sistemas de Evaluación.

Algo tan sencillo, y a la vez tan importante, como la evaluación de un programa financiado con fondos públicos para comprobar sus resultados, rentabilidad y eficacia, constituye una disciplina relativamente reciente. En efecto, la mayoría de los autores coinciden en datar el nacimiento de la evaluación en los años 60, en Estados Unidos, cuando la preocupación por conocer los resultados de la puesta en marcha de los programas sociales de la gran sociedad y de la guerra contra la pobreza comprometía un importante volumen de fondos que, sin embargo, tenían una capacidad reducida para resolver los problemas a los que iban dirigidos.

Así, la expansión de los programas sociales, la preocupación por el control del gasto público, junto con el cambio ideológico, político y social, experimentado durante el siglo pasado, han sido, entre otros, los factores que han impulsado la aplicación de la evaluación al análisis de políticas públicas y que, hoy en día, cobra un nuevo sentido inmersos en una crisis económica global sin precedentes.

La existencia de la evaluación como disciplina viene condicionada por la existencia de una oferta cualificada y una demanda concienciada. Entre los oferentes destacan: a nivel nacional, la Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas y de la Calidad de los Servicios y, además, las unidades de evaluación creadas en el seno de las organizaciones gestoras de las políticas públicas, abundan las consultoras privadas y los departamentos y centros de investigación de las universidades.

Entre los demandantes se encuentran el poder legislativo, el Ejecutivo y los distintos centros directivos de la Administración Pública, y, en el ámbito comunitario, destaca el papel de la Comisión Europea -no olvidemos que la evaluación ha sido parte fundamental de los programas de Fondos Estructurales desde 1988-.

La evaluación se definía por Scriven en 2007 como “el proceso de determinar el valor, mérito o importancia de algo” y los expertos, hoy en día, revisan el concepto de evaluación señalando que estamos ante la posibilidad de “hacer juicios de valor de una manera científica”, como señala el profesor Díaz Puente. Por su parte, la profesora Bustelo presenta un concepto de evaluación que se fundamenta en las funciones de la misma: la mejora de lo que se está evaluando (improvement), el control de responsabilidad y la rendición de cuentas (accountability), así como la ilustración para acciones futuras (enlightenment).

Como apunta el profesor Dan Levy, de la Kennedy School of Government de Harvard, quien participó en enero en el Seminario sobre Evaluación de las Políticas Públicas de IESE, “una buena evaluación puede ayudar a identificar programas que están funcionando bien, a descubrir aspectos de un programa que pueden ser mejorados y a localizar programas que no producen los resultados esperados”. Por tanto, “las evaluaciones pueden contribuir a un uso más racional de los recursos que se dedican a los programas sociales”.

Son dos las finalidades de la evaluación: una finalidad política y otra socio-económica. La finalidad política consiste en la rendición de cuentas a la ciudadanía, la transparencia en las actuaciones públicas así como asegurar la calidad del proceso democrático. Mientras que la finalidad socio-económica se refiere a la eficiencia, la racionalización en el uso de los recursos y la mejora en la toma de decisiones acorde con las necesidades de la sociedad.

En síntesis, estamos hablando de analizar los costes y eficiencia de un programa financiado con fondos públicos para ver los resultados del mismo y el impacto que produce en la sociedad. Lo que a su vez nos va a determinar la decisión de continuar con el desarrollo del programa -en caso de impacto favorable- o de corregirlo o suprimirlo si, por el contrario, el impacto es negativo o los costes muy superiores a su eficacia.

Pero, ¿cuáles son los retos que la evaluación encuentra en la actual situación de crisis? La profesora Vélez defiende un enfoque integral de la misma y aboga por una evaluación que nos de una respuesta “rápida, holística y participativa”. En este mismo sentido, los retos de la evaluación son: la orientación de la evaluación hacia las políticas, un enfoque que tenga en cuenta el diseño, la gestión, los procesos de aplicación, los resultados y los impactos y la mejora de la calidad de las evaluaciones, incorporando metaevaluaciones y difundiendo normas y estándares de calidad. De este modo, los expertos destacan un desarrollo emergente de la evaluación en España, pero recuerdan la necesidad de mejorar la etapa de comunicación de los resultados, así como el impacto de los estudios de evaluación.

La importancia de la evaluación de las políticas públicas se hace notar especialmente en un momento de crisis, donde los ingresos públicos caen y las demandas ciudadanas se incrementan.

En suma, nos encontramos ante un imperativo en unos tiempos en los que los ciudadanos demandamos un uso racional del dinero que tanto nos cuesta ganar.

Antonio Núñez es director del Programa de Liderazgo para la Gestión Pública de IESE.

María Juliani es Research Assistant de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Gestión Pública de IESE

miércoles, 10 de febrero de 2010

Antonio Núñez Presidente de la Asociación de Alumni de la Harvard Kennedy School of Government en España

La Asociación de Alumni de la Harvard Kennedy School of Government en España anuncia el nombramiento de Antonio Nuñez como Presidente en España. Núñez es además Presidente del Foro de Liderazgo Hispano de Harvard (HHLF).

En su nueva función como Presidente de la Asociación Alumni de la Harvard Kennedy School of Government en España Antonio Núñez ostentará la representación de los Antiguos Alumnos de la Harvard Kennedy School que cuenta ya con mas de cien miembros muy relevantes como Joaquín Almunia, comisario europeo.

Antonio Núñez es licenciado en empresariales por C.U.N.E.F, MPA por la Harvard Kennedy School, Executive MBA por el IESE Business School y Doctorando en Derechos fundamentales y libertades públicas.

En los últimos 8 años, su trayectoria profesional ha estado vinculada a programas de Desarrollo Directivo como Director de los Departamentos de Special Programs, Custom Programs y Open Programs del IESE. Su desarrollo profesional ha transcurrido además en importantes empresas españolas como miembro de consejos de Administración, del Consejo Editorial del Grupo Dirigentes, de la Junta Directiva de la ONG Cooperación Internacional o presidiendo la Asociación de Estudiantes de CUNEF.

Como Presidente del Foro de Liderazgo Hispano de Harvard (FLHH), nacido en el seno de la prestigiosa Escuela de Gobierno, la Harvard Kennedy School, ha tenido como objetivo incrementar la presencia de la cultura hispana en Harvard. Una de las iniciativas de este Foro es el Ciclo de Líderes Españoles donde líderes de la política, el gobierno, la empresa y las artes comparten sus experiencias y opiniones con otras personalidades de la Universidad de Harvard.

martes, 5 de enero de 2010

Madrileños por el mundo en Harvard en Youtube

http://www.youtube.com/watch?v=inkkugnV_sU